Leyendas olvidadas II: Matt Le Tissier
Vivimos en un tiempo en el que el fútbol, por desgracia, se ha convertido en un negocio. La fidelidad hacia un equipo apenas existe, el dinero manda y los grandes sacan demasiada ventaja a los pequeños. No hace mucho era más común ver futbolistas que jugaron por y para su club. Raúl en el Real Madrid, Julen Guerrero en el Athletic, Fran González en el Deportivo de la Coruña o Ryan Giggs en el Manchester United son ejemplos de aquellos que decidieron apoyar a su equipo en buenas y malas durante toda su carrera. Esta vez veremos un caso curioso de un futbolista que tenía mucho talento y que, sin embargo, nunca jugó en un "grande" de las islas británicas ni tuvo incidencia con su selección nacional. Hablaremos hoy de Matthew Le Tissier.
Matt, apodado "Le God" por sus seguidores, nació en Saint Peter Port, una localidad pequeña situada en Guernsey, una dependencia británica más cerca de Francia que de la propia Inglaterra. De joven mostró interés por el fútbol y jugó hasta los 16 años en el humilde Vale Recreation. Después de una prueba fallida para inscribirse en el Oxford United, firmó en 1986 su primer contrato profesional con el que sería el club de su vida, el Southampton, y debutó ese mismo año con 16 años contra el Norwich City. Su carrera finalizó en 2002 con el mismo equipo con el que jugó su primer partido. Con los Saints llegó a jugar 528 partidos y anotar 201 goles. Actualmente es el segundo jugador con más goles y el cuarto con más apariciones del Southampton.
En los años 90, Matt era considerado uno de los futbolistas ingleses más talentosos junto a Paul Gascoigne o Paul Merson. El problema es que jugaba en un equipo que se preocupaba más por no descender de categoría que por intentar ganar títulos o clasificarse para competiciones europeas. Por eso mismo apenas llegó a tener relevancia con su selección nacional, ya que participó en ocho partidos con Inglaterra y no anotó. Sin embargo, con su club llegó a tener cifras realmente interesantes, como los 96 goles que anotó entre las temporadas 1989/90 y la 1994/95 (incluyendo uno ante el Blackburn en la 94/95 elegido como el mejor de la temporada) o los 49 de 50 penaltis que acertó. Solo falló uno ante el Nottingham Forest en 1993.
Después de un partido homenaje en 2002 entre el Southampton e Inglaterra, Matt jugó un año en el Eastleigh, un equipo amateur para, finalmente, retirarse. Durante la década pasada consiguió varios logros importantes en su vida personal. Fue nombrado hijo adoptivo de Southampton, también se llevó el premio One Club Award y la licencia de entrenador y el Guernsey F.C., equipo de su localidad natal, lo eligió Presidente honorífico. Hasta 2020 estuvo trabajando para Sky Sports como comentarista de partidos de la Premier y, actualmente, se encuentra entre los mejores jugadores de la historia de la Premier, además de estar nominado para entrar en el Salón de la Fama de la misma.
Matt dejó una frase para la memoria: "jugar en los mejores clubes es un bonito reto, pero hay uno mucho más difícil: jugar contra ellos y ganarles. Yo me dedico a eso". Y es de admirar que una persona con tanto talento y que pudo haberse ido a cualquier grande de Europa se haya dedicado toda la vida a rescatar del abismo al club que le dio su primera oportunidad. Obviamente, cada jugador es libre de elegir dónde desarrollar su carrera y los motivos por los cuales cambie de equipo, pero personalmente me da rabia que queden tan pocos jugadores que decidan quedarse en el club de su vida. Matt fue uno y, para mí, merece mucho respeto y admiración.
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